El pasado sábado 5 de
julio de 2025 se desarrolló el Módulo N° 2 del Curso de Lengua de Señas Venezolana (LSV)
en los espacios de la Iglesia Corazón de María en la comunidad de Los Curos,
parroquia civil Osuna Rodríguez del municipio Libertador del estado Mérida
(Venezuela)
Esta jornada
formativa fue facilitada por las licenciadas Diana Buenaño y Yumery
Molina, profesionales
con amplia experiencia en el ámbito de la inclusión y la comunicación con
personas sordas incorporadas a la formación del proyecto Acción Juvenil contra
el Sida, quienes son acompañadas por la Coordinación Académica de la Asociación
Civil Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero con sede en
dicha parroquia merideña.
El
encuentro se caracterizó por un ambiente participativo y pedagógico en el que
se profundizó sobre temas fundamentales para comprender la base comunicacional
de la Lengua de Señas Venezolana.
La jornada inició con
una introducción al proceso de
comunicación, explicando
sus elementos esenciales: emisor, receptor, mensaje, canal, código y
retroalimentación. Las facilitadoras destacaron cómo este proceso,
aparentemente simple, se complejiza en contextos donde existen barreras
sensoriales, y por ello se hace vital comprender las diversas formas de comunicación
que existen.
Posteriormente,
se abordaron los tipos de comunicación, diferenciando
entre verbal, no verbal y escrita. Aquí se hizo énfasis en la importancia del
lenguaje corporal, las expresiones faciales y el uso del espacio, recursos
fundamentales en la comunicación de las personas sordas. A partir de este
punto, se generaron reflexiones grupales en torno a cómo muchas veces la
sociedad no reconoce el valor de estas formas comunicativas y la urgencia de
promover una cultura de inclusión.
Uno
de los momentos más significativos del módulo fue la distinción entre lengua
y lenguaje. Las facilitadoras explicaron que el lenguaje es la
capacidad humana de comunicarse, mientras que la lengua es el sistema
específico que cada comunidad usa para expresar ese lenguaje, como lo es la
Lengua de Señas Venezolana para la comunidad sorda del país. Este punto generó
diversas intervenciones de los participantes, quienes compartieron experiencias
de contacto con personas sordas y reconocieron sus limitaciones previas para
comprender este sistema comunicativo.
Seguidamente,
se presentó una clasificación clara y didáctica sobre los tipos
de sordera, según su origen (congénita o adquirida), grado
(leve, moderada, severa o profunda) y momento de aparición (prelocutiva,
perilocutiva o postlocutiva). Este contenido permitió entender que no todas las
personas sordas tienen las mismas necesidades ni utilizan la lengua de señas de
la misma manera, resaltando la necesidad de empatía, escucha activa y formación
continua para derribar estigmas y promover una verdadera inclusión.
La
segunda parte del módulo estuvo dedicada a la enseñanza del
alfabeto dactilológico en lengua de señas venezolana. Las
licenciadas propiciaron un aprendizaje dinámico y vivencial mediante ejercicios
prácticos individuales y grupales. A través de la repetición, la observación y
la interacción, los y las participantes comenzaron a familiarizarse con cada
una de las letras del abecedario, experimentando la importancia de la precisión
gestual, el ritmo y la colocación de la mano en el espacio visual del
interlocutor.
Los
ejercicios colectivos despertaron entusiasmo y compromiso entre los asistentes,
quienes expresaron su motivación por seguir aprendiendo y practicando. Este
segmento práctico no solo fortaleció habilidades técnicas, sino que también
fomentó la solidaridad, el trabajo colaborativo y el reconocimiento de la
lengua de señas como una herramienta clave para la justicia comunicacional.
En conclusión, este segundo módulo del
Curso de LSV reafirmó la necesidad de formarse en comunicación inclusiva,
reconociendo la riqueza lingüística y cultural de la comunidad sorda.
Practicar
constantemente el alfabeto dactilológico permite avanzar hacia una mayor
comprensión del mismo y facilita el primer paso para establecer diálogos con
personas sordas. La constancia, el respeto y el deseo de aprender se consolidan
así como pilares fundamentales en la construcción de una sociedad más
accesible, empática y en paz. Ciberpaz/conIA
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