Los servicios de prevención, pruebas y
tratamiento del VIH, la hepatitis viral y las infecciones de transmisión sexual
(ITS) han impulsado un progreso sin precedentes en la mejora de la salud de la
población en las dos últimas décadas, con la prevención de millones de nuevas
infecciones por VIH y muertes relacionadas con el sida.
Las inversiones en ayuda exterior en la
respuesta mundial al VIH, como el Plan de Emergencia del Presidente de los
Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR) y el Fondo Mundial contra el
SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, han sido fundamentales para este éxito,
contribuyendo también de manera significativa al progreso hacia la eliminación
de la hepatitis B y C y el control de las ITS. Sin embargo, las interrupciones
abruptas de la ayuda exterior y la prestación de servicios amenazan estos
logros, poniendo en riesgo a millones de personas, especialmente a las que
viven con el VIH y a las poblaciones clave y vulnerables.
Muchas intervenciones de prevención esenciales
basadas en la evidencia, incluida la profilaxis previa a la exposición al VIH
(PrEP), los servicios de reducción de daños para personas que se inyectan
drogas y los programas dirigidos por la comunidad, se han detenido de forma
permanente.
Los primeros informes compartidos con la OMS
indican que los servicios de prevención y tratamiento para poblaciones clave
son los más afectados. Los informes incluyen el cierre de centros de salud que
ofrecen intervenciones de prevención, pruebas y tratamiento para poblaciones
clave, anteriormente financiados por Estados Unidos.
Estas interrupciones están provocando una
escasez de personal, interrupciones en la cadena de suministro y mayores
barreras de acceso, lo que deja a las poblaciones clave (incluidos los hombres
homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los
trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, las personas en
prisión y las personas trans y de género diverso) vulnerables a la infección y
la muerte, así como a un aumento del estigma y la discriminación.
Estos acontecimientos comprometen la capacidad
de los proveedores de servicios para cumplir las recomendaciones fundamentales
de la OMS de que:
1.-Todas las personas que viven con el VIH
deben recibir tratamiento antirretroviral (TAR) el mismo día, tanto para
mejorar su salud como para prevenir una mayor transmisión mediante la supresión
sostenida de la carga viral.
2.-Debe haber acceso ininterrumpido al TAR
para todas las poblaciones, incluidas las poblaciones clave que viven con el
VIH, durante las interrupciones del servicio.
3.-Deben implementarse enfoques centrados en
la persona y crearse entornos sin prejuicios ni discriminación para fomentar la
confianza, alentar la participación constante en la atención y apoyar la
reincorporación de aquellos que puedan haber abandonado el tratamiento.
Los servicios de prevención esenciales deben seguir siendo una
prioridad
Garantizar que las poblaciones clave puedan
acceder a servicios de prevención libres de discriminación es fundamental para
las respuestas al VIH, la hepatitis y las ITS. Los servicios comunitarios han demostrado
sistemáticamente su eficacia para aumentar el acceso y la aceptabilidad de los
programas, amortiguando los efectos del estigma y la discriminación. Estos
programas facilitan la realización de intervenciones que han demostrado su
eficacia a través de una rigurosa investigación científica y que son
recomendadas por la OMS para proteger a las personas de nuevas infecciones y
daños.
Los servicios básicos de prevención
recomendados por la OMS incluyen preservativos y lubricantes; pruebas de
detección del VIH, la hepatitis B y C y otras ITS; profilaxis postexposición y
profilaxis preexposición del VIH; y actividades de reducción de daños, como la
distribución de agujas y jeringuillas, de naloxona para prevenir las muertes
por sobredosis y programas de tratamiento de mantenimiento con agonistas
opioides.
Compromiso con la financiación sostenible y los sistemas de
salud integrados
A medida que los países y los ministerios de
salud trabajan para mitigar el impacto de las interrupciones del servicio,
deben buscar soluciones a largo plazo, incluida la financiación nacional
sostenible para proteger estos servicios de salud vitales. Esto es esencial
para mantener la tendencia a la baja en la incidencia y mortalidad del VIH, y
para avanzar hacia la eliminación de la hepatitis y el control de las
ITS.
La OMS también hace hincapié en el valor de un
enfoque integrado del VIH, que reúna servicios libres de estigma y
discriminación para la tuberculosis, la hepatitis viral, la salud sexual y
reproductiva y las enfermedades no transmisibles bajo el paraguas de una
atención primaria de salud sólida. La integración del VIH conduce a la
optimización de los recursos y a mejoras en la salud general de la
población.
La OMS mantiene su compromiso de apoyar a los
gobiernos nacionales, los socios y los donantes en la adaptación a los cambios
en el apoyo de los donantes para salvaguardar la salud y el bienestar de las
personas más vulnerables al VIH, la hepatitis viral y las ITS.
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