Un estudio publicado en Nature ha concluido
que el uso de lamivudina (3TC; Equivalente Farmacéutico Genérico [EFG],
Epivir ®, también en Kivexa® y Triumeq®) podría revertir cierto tipo
de inflamación crónica asociada al envejecimiento, lo cual podría mejorar el
estado de salud de las personas que envejecen.
El efecto observado vendría mediado por la capacidad de
lamivudina para inhibir la actividad de la transcriptasa inversa L1, una
enzima presente en el ADN humano que favorece la replicación de unos
elementos de nuestro genoma llamados retrotransposones.
Se trata de fragmentos de ADN que constituyen un
porcentaje mayoritario del material genético de todas las especies y que
tendrían un comportamiento similar al del VIH una vez se ha integrado en el
núcleo, con la diferencia de que los retrotransposones solo replican su
material genético sin generar partículas víricas que desencadenen una
patología. Una hipótesis sería que
los retrotransposones serían vestigios de antiguas infecciones virales que
dejaron su registro en el ADN humano.
Dado que lamivudina es un inhibidor de la transcriptasa
inversa del VIH, el parecido entre esta y la transcriptasa inversa L1 hace
que el principio activo ejerza su actividad inhibitoria frente a ambas.
Dicha actividad dual de lamivudina frente a la transcriptasa
inversa del VIH y la L1 ya había sido detectada años atrás –del mismo modo que
el mismo efecto se observó en otros inhibidores de la transcriptasa inversa
análogos de nucleósido/nucleótido (ITIN/ITINt) tales como tenofovir disoproxil
fumarato (TDF, EFG, Viread®, en Truvada® y otros medicamentos), zidovudina
(AZT, EFG, Retrovir®) y estavudina (Zerit®).
La tendencia natural de los retrotransposones a replicarse e
integrarse en diversas partes del material genético ha llevado al organismo
humano a desarrollar una serie de mecanismos para controlar la actividad de los
retrotransposones. Los autores del presente estudio partieron de la base creada
por estudios previos, que determinaron que los retrotransposones pueden generar
daños, inestabilidad y mutaciones en el ADN, aunque la gran mayoría de dichos
retrotransposones estarían en un estadio básicamente inactivo. El único de los
retrotransposones humanos con cierta autonomía replicativa –y, por, tanto, con
capacidad para desestabilizar el ADN– es el conocido como LINE-1 (siglas en
inglés de elemento entremezclado largo 1, también llamado L1).
A partir del
análisis de muestras humanas y de ratones (en ambos casos en individuos de edad
avanzada), los investigadores observaron que los retrotransposones L1 escapaban
del control celular, replicándose con una intensidad superior a la observada
en células jóvenes y desencadenando
una respuesta antiviral por parte del organismo mediada por
interferón que generaría un
estatus inflamatorio potencialmente patológico.
Dado que, para replicarse, el retrotransposones L1 precisa
de la transcriptasa inversa L1, los autores del estudio investigaron qué
sucedía si inhibían dicha enzima. Para ello, utilizaron lamivudina, ya que su
efecto dual sobre la transcriptasa inversa del VIH y sobre la transcriptasa
inversa L1 era ya conocido. En cultivos celulares humanos senescentes, los
investigadores comprobaron que el uso de lamivudina reducía la respuesta
mediada por interferón y, por tanto, los marcadores de inflamación observados
en células que envejecen y que promueven la extensión de la inflamación a tejidos
adyacentes.
El siguiente paso fue probar la estrategia In vivo en
ratones. Al tratar a ratones con 26
meses (el equivalente a 75 años en humanos) con lamivudina durante 2 semanas se
observó una menor respuesta mediada por interferón y menores niveles de
inflamación. Al tratar a ratones de 20 meses durante 6 meses con lamivudina se
observó una menor pérdida de tejido graso, de músculo y una mejora de
biomarcadores renales.
Los resultados son prometedores y los investigadores
pretenden investigar los efectos de lamivudina sobre el envejecimiento en
humanos a través de ensayos clínicos que puedan determinar el potencial de esta
estrategia sobre condiciones asociadas al envejecimiento tales como la
fragilidad, la artritis o la enfermedad de Alzheimer. Más a largo plazo estaría
la intención de desarrollar un fármaco específico para inhibir la transcriptasa
inversa L1.
Esta acción con
relación a los ODS
Cátedra de la Paz comprometida con la implementación de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible, enmarca esta acción en el ODS Nro 3 sobre
la Salud y Bienestar; concretamente en las acciones para que el 2030 poner fin
a las epidemias del SIDA, Tuberculosis y Malaria y las enfermedades tropicales
desatendidas y otras enfermedades
transmisibles. CIBERPAZ/CátedradelaPaz.
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