16 octubre 2017

INFORME DEMUESTRA QUE EN VENEZUELA EXISTE UNA CRISIS DE VIH, TUBERCULOSIS Y MALARIA EN CRECIMIENTO.



Venezuela está en el medio de una compleja emergencia humanitaria, sin  precedentes y producto del mismo  Estado, con amplias consecuencias sociales.
Su Programa Nacional de SIDA, alguna vez puesto como ejemplo, ha colapsado con una escasez crónica de medicamentos y falta de condones y pruebas de diagnóstico, poniendo a miles de personas en riesgo de enfermedades prevenibles y muerte.
Las personas que viven con VIH, tuberculosis y malaria mueren a un paso cada vez más acelerado, mientras que los hospitales y farmacias no tienen productos básicos de salud.
El sarampión y la difteria, que habían sido eliminados en Latinoamérica, regresaron con fuerza. La escasez de alimentos, malnutrición e inanición se propagan.
En el último año, activistas venezolanos han acudido a instancias internacionales para demandar ayuda urgente. La respuesta ha sido una indiferencia pasmosa, pero necesitamos urgentemente de acciones: es un asunto de vida o muerte. Continuar ignorando este desastre humanitario implica que muchas más personas morirán y que las bases de la solidaridad mundial en la respuesta al SIDA, TB y malaria serán socavadas.
En septiembre 2017, ICASO y ACCSI realizaron una evaluación rápida de la data recolectada y el alcance y extensión de la crisis. Realizamos entrevistas con más de 30 activistas venezolanos en derechos   humanos,   SIDA   y   salud,   proveedores        de        servicios,           académicos y doctores,  incluyendo  algunos  que  arriesgaron  su  trabajo  para poder compartir información de salud censurada.
La data compartida por los informantes clave  describe  una emergencia de salud pública: los casos  de  malaria  aumentaron  en  un  205%,  luego  que  el  país  había declarado  su  eliminación;  hay  una  ausencia  casi  completa  de pruebas diagnósticas para   tuberculosis   en poblaciones  vulnerables   como   prisioneros   y   comunidades  indígenas; y existen unos  niveles  peligrosamente  bajos  (7%)  de  supresión  viral  en  las personas que viven con VIH. Sus historias personales de angustias y frustración resaltan aún más la necesidad de una intervención urgente.     De  la  información  emanada  de  los  informantes  clave,  la  conclusión  es  inobjetable:  El  Fondo  Mundial no logrará los objetivos en su nueva estrategia (2017-2022), así como tampoco el mundo alcanzará los  objetivos  de  desarrollo  sostenibles  para  la  salud,  si  la  comunidad  internacional ignora la catástrofe de salud pública en Venezuela.
Casi seis meses han transcurrido desde que la Junta Directiva del Fondo Mundial decidiera sobre Venezuela y todavía no se ha elaborado y menos aún implementado una respuesta integral, sostenible o alineada regionalmente. Aunque reconocemos los esfuerzos de las agencias regionales de la ONU (particularmente la Organización Panamericana de la Salud OPS, UNICEF y ONUSIDA), los mismos no corresponden con la urgencia y necesidades, y tampoco son sostenibles.
Como lo recomendó el Fondo Mundial en mayo, se debe elaborar e implementar una respuesta regional integral y en la ausencia de acciones, la Junta Directiva del Fondo Mundial debe ofrecer un liderazgo más sólido y efectivo.
La crisis de salud en Venezuela es un síntoma y una consecuencia de las fallas en el sistema de salud mundial, que debería poder desarrollar una respuesta a cualquier crisis humanitaria sin importar el país o región donde esta crisis sea evidenciada.
La devastación que se vive en Venezuela es perpetuada en parte por las reglas y regulaciones arbitrarias que rigen la elegibilidad de ayuda internacional.
Es otra evidencia que la arquitectura de salud mundial no está preparada para responder adecuadamente a emergencias y ha puesto al descubierto una brecha enorme en el marco de lo que debería ser una respuesta de salud mundial robusta y efectiva.
Asimismo, a pesar que existe documentación extensiva, el gobierno de Venezuela niega que haya una emergencia –lo que sirve para que muchos gobiernos y algunas agencias de las Naciones Unidas desvíen su mirada.
Este informe describe un desastre en desarrollo: un sistema de salud en caos, sin disponibilidad de calmantes para el dolor, antibióticos o insumos de emergencia. Y mientras el mundo espera que el país pida ayuda para una crisis que ellos mismos niegan que exista, el resto de la comunidad internacional no necesita esperar a que el país caiga en un caos más profundo, con la pérdida de vidas que esto causará.
El informe presenta un resumen de la crisis en Venezuela y describe el desastre de la salud pública como consecuencia. Al mismo tiempo hace una demanda urgente al Fondo Mundial para que intervenga. El documento contiene una serie de citas que fueron recogidas durante el proceso de entrevistas con los informantes claves.
ICASO es una organización canadiense que actúa como una voz global en asuntos de VIH que impactan comunidades diversas alrededor del mundo. Nuestra incidencia política abandera el liderazgo de la sociedad civil y las poblaciones clave en un esfuerzo conjunto de acabar con la epidemia del SIDA. Esto lo hacemos a través de alianzas de colaboración con personas y organizaciones en todas regiones y con diversos sectores, siempre con la visión de servir y empoderar a las comunidades.
Acción  Ciudadana  Contra  el  SIDA (ACCSI)es  una  organización  venezolana  que  trabaja  para  asegurar  estrategias  efectivas  y  coordinadas  para  proteger,  promover  y  defender  los  derechos  humanos   de   las   personas   que   viven   con   VIH   y   otras   poblaciones   clave   y   vulnerables.  
Conozca el artículo completo y el informe en el siguiente link:

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