Desde hace unos años, Venezuela atraviesa una profunda crisis económica y
política que afecta a la respuesta al VIH y en particular a las
personas que viven con el virus. En este editorial trataremos de
reflexionar sobre como afecta muchos más la crisis en el sector salud
que la falta de un antirretroviral. Y la pregunta dolorosa ¿qué estamos
haciendo nosotros para ayudar?
Aún cuando el gobierno ha intentado resolver la provisión de
antirretrovirales, durante más de un año, las PVVS no tuvieron acceso a
exámenes de Carga Viral y CD4; se habrían comprado recientemente insumos
para estas pruebas que durarán un par de meses. No tenemos información
cierta sobre la disponibilidad de condones para ser distribuidos a las
poblaciones clave. Sólo sabemos que los condones se compran a valor del
dólar no oficial, por un precio equivalente a un salario mínimo mensual,
transformándolos en un artículo de lujo.
Hoy, una PVVS, como el resto de los venezolanos, no tiene acceso a la
mayoría de los medicamentos esenciales; entonces, hay más posibilidades
que la vida de esta persona esté en riesgo como consecuencia de un
infarto o una neumonía, no prevenidos ni tratados. Faltan, sobretodo,
profesionales de la salud que puedan atender a las personas con
cualquier dolencia y que puedan prescribir y seguir un tratamiento de
las enfermedades más simples, como las más complejas.
Una consecuencia básica de una grave crisis económica, es la
inseguridad alimentaria, hoy el salario mínimo de un Venezolano equivale
a 17 dólares americanos, si se toma el tipo de cambio en la calle, y la
mayoría de los productos alimenticios, de higiene y salud sólo son
fácilmente accesibles en divisa extranjera. Venezuela es un país que
importa el 90% de los productos de consumo masivo, pues es una economía
que ha crecido por la extracción y precio internacional del petróleo. La
inflación del 2015 fue de 275% y se estima que la de este año superará
el 700%, lo que ha puesto a la mitad de la población venezolana en
situación de extrema pobreza. Es un país que enfrenta una crisis humanitaria y sanitaria de grandes proporciones.
Vemos en los medios de comunicación nacionales e internacionales como
los venezolanos afrontan a diario largas filas para acceder a productos
de higiene y para la alimentación básica y balanceada, y padecen ademas
cortes de energía eléctrica de un promedio de 4 horas diarias.
Como ya podrán ver con este breve y superficial recuento de
cuestiones algo más complejas, la vida de las PVVS está en mayor riesgo,
aún sin incluir en la ecuación los ARV. No estamos negando el problema,
solo lo enmarcamos en un contexto más amplio. Con el equipo de
corresponsales, hemos cubierto estas cuestiones y en la próximas
semanas, estaremos reflejando lo que pasa en el país en la voz de
quienes están directamente afectados.
Fuente: www.corresponsalesclaves.org
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